Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

¿A quién le importa Ciutadans?

viernes, 13 de julio de 2007

Sigo en el hospital pero me han publicado un artículo en El Mundo :

"Francesc de Carreras festejaba con gran alegría el fin del anterior ideario abrazado a un puñado de compañeros y yo asistía al espectáculo sumida en la consternación y la perplejidad. Momentos antes, un militante había defendido su enmienda a la totalidad, con la que arrasó todo un texto para sustituirlo por otro, argumentando calurosamente que ello era imprescindible para etiquetarnos de una vez por todas como de centro izquierda. ¿Para qué? «Para que dejen de llamarnos derechistas y fachas», decía, convencido.¡Santa inocencia! Es conmovedora esa fe en la magia de las palabras.Ya podemos estar tranquilos. Pero ¿solucionará algo que llevemos, a partir de ahora, ese detente bala, esa especie de escapulario ideológico, esa rancia ristra de ajos políticamente correcta?..."

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El artículo pero yo considero que no vale la pena continuar en C´s. Este partido es una estafa y ha traicionado sus ideales.

Yo me di de baja la semana pasada y como yo, la mayoría de gente que conozco.

Basta Ya es el futuro, siempre que no se coaligue con C´s.

Anónimo dijo...

Execelente artículo, Teresa. Espero que lo de tu padre vaya bien. Cuenta con los amigos para lo que haga falta.

Anónimo dijo...

Yo también me dí de baja tras el congreso porque en mi opinión quedó patente la traición al proyecto que compartíamos todos.

El cambio del ideario supone el reflejo de la ruptura con su propósito original, pero nada más que eso, el móvil del crimen es lo otro.

Era algo necesario, pero como consecuencia, para los que ya no toman Ciutadans como una herramienta regeneradora de la política ni la sociedad y pretendían transformarlo en plataforma personal de lanzamiento a la buena vida, con una visión absolutamente cortoplacista, ¡y tan "como-todo"! ¿Cómo es posible que no lo crean así, si han preferido un poder absoluto de la nada en vez de una colaboración conjunta entre todos en favor de la consecución del objetivo común?

Por desgracia entre los humanos hay quien necesita de pisar a los demás aunque eso no les permita alcanzar nunca nada. Quizás busquen un mal entendido protagonismo, efímero y perjudicial para el conjunto, porque luego quedará sólo un recuerdo de lo absurdo.

Por eso Ciutadans supone la comprobación de que el hombre no puede trascender al hombre. Estamos incapacitados de fábrica para esos propósitos.

Y aunque suponía la decepción desde hace mucho, me decía a cada momento que aunque ya no me afiliaría a algo como eso no estaba arrepentido de haberlo hecho en su momento. Pero ahora sí, me arrepiento, y de haber hecho la calle para nada, de haber confiado en lo imposible y de haberme dejado engañar por mí mismo.

Pero gracias, otra vez, Teresa, porque lo que me satisface de todo esto es haber coincidido alguna vez con gente a la que sí aprecio.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Ciutadans ya no existe, ó por lo menos lo que es ahora este partido no tiene que ver nada con lo que nació.

Ahora ya es un partido sectario, como todos los demás, aunque peor pq ha jugado con la ilusión de mucha gente.

Albert Rivera y cía, solo utilizam a C´s como plataforma para satisfacer su ego y sus ambiciones.

Por ello, es mejor que no os engañéis, lo mejor es marcharse como ya ha hecho tanta y tanta gente desengañada...

Y a partir de ahora?. Pues a luchar contra el nacionalismo pero la esperanza es Basta Ya. Esperemos que ellos no nos defrauden. Y tb confío en que no cometerán el error de llegar a acuerdos con C´s, pq si es así Rivera y cía tb se cargarán otro sueño que tenemos todos.

Unknown dijo...

Buen artículo, m-p. Hace bien en señalar la magia de la palabra "izquierda" que algunos utilizan como un escapulario, pero que no le va servir de nada a C's.

Pero es ud. una gran optimista, o quizá ha invertido muchas esperanzas y trabajo en el proyecto, pero la cosa no va bien. El impulso y la ilusión iniciales han desaparecido, y en su lugar lo que se ven son una grietas muy feas y gentes que dice "no es esto, no es esto", o se marcha sin más.

Mis mejores deseos para que su padre se recupere pronto.

Anónimo dijo...

Es imposible desde dentro cambiar un Sistema Político como es el que padecemos.
Tiene tal poder de neutralización que todo lo que entra lo contamina.

Hay un Movimiento de Ciudadanos para la República, que tiene como premisa la de no constituirse como partido político y disolverse como Movimiento, en cuanto se promulgue la "Deseada".
La "partitocracia" heredera del franquismo, apoya a todos aquellos que quieran hacer de la política una profesión.

Tenía simpatías hacia "ciudadanos" hasta que se convirtieron en partido político.
****************************
Abate Marchena...antiguo "charnego impertinente".

Anónimo dijo...

Mujer pez espero q se recupere tu padre.

Yo he vivido C´s desde una Agrupación y en mi opinión considero q Vd. peca de ingenuidad o quizá es demasiado optimista.

Ciutadans está podrido desde abajo, pues en la mayoría de Agrupaciones están reyezuelos que dominan tiránicamente las mismas. Casi todos ellos son aliados de Albert Rivera. Cocinaron el Congreso desde allá, se ocuparon de que los delegados fuesen de su cuerda, dirigiendo los votos, y después ya imponiendo que se debía decir en el Congreso.

En todos estos meses se ha perseguido a personas independientes, críticas, que

iban contra el pensamiento único. Se ha faltado al respeto a mucha gente q se ha dejado la piel por el partido, q ha aportado mucho, q ha trabajado, por miedo a q les cogiesen las poltronas.

Ha sido demencial. Lo que puedo decir es que ha sido una sangría. Hay muchísima gente desilusionada y un continuo goteo de bajas.

Yo marché el lunes junto´con 3 compañeros de Agrupación.

C´s es un cadáver político y quien no lo quiera ver es ciego.

Albert Rivera y una cohorte de trepas dominan el partido como si fuese su finca, saltándose los Estatutos, reglamentos... haciendo lo que les da la gana.

Lo único que espero es que los de Basta Ya no sean tontos. Que vayan con mucho cuidado con estos mafiosos.

Anónimo dijo...

No es tan sencillo , no se trata solo de falta de respeto a la democracia en el último congreso de Ciutadans, hay algo más.

La democracia moderna, sirve para sancionar los acuerdos, para agregar voluntades a un propósito, no para romper la convergencia ideológica, ni los consensos adquiridos tras cuantiosos esfuerzos personales, y menos hacerlo en una formación tan breve como Ciutadans.

El Estado de Derecho, el Estado de Bienestar, los grandes logros de las democracias modernas han sido por agregación de voluntades, y habitualmente por consenso de fuerzas opuestas. Cada paso cuesta mucho, como para retroceder a posiciones monopolares tras haber avanzado a la bipolaridad.

Ese es el problema que no disciernen los que se consideran triunfadores del pasado Congreso, porque no son capaces de reoconocer el pacto envenenado que ha surgido del mismo, entre unas posiciones ideologizadas en la iniciativa no nacionalista de izquierdas moderada y catalana y otras afincadas en el más puro pragmatismo electoral.

Esa coalición puntual de intercambio de ideología de centro izquierda por hegemonía en el poder de Rivera y su gente, no saldrá bien, no puede salir, es imposible, y además increible que haya ocurrido.

La indeterminación política de Ciutadans, que no indefinición ideológica, era sin duda el mejor elemento para afrontar una opción política de ámbito nacional, pero eso no interesaba a algunos, que siempre tuvieron en mente (y en acción política desde el 1-N), que Ciutadans debía ser un partido no nacionalista catalán de centro izquierda.

Desde el 1-N se ha boicoteado la expansión nacional del partido vulnerando lo dispuesto en el Congreso de Bellaterra, y se ha impedido la afiliación de gente que no mostrara marchamo de centro izquierda, ahí está el caso flagrante de la Agrupación de Cerdanyola.

Luego, quien ha vulnerado la democracia, los estatutos, y la voluntad del partido que surgió en Bellaterra han sido Albert Rivera y sus secuaces, contra viento y marea, contra la legalidad, contra las actas, contra todo lo elegido democráticamente. Todo un año cargándose el partido, para llegar al congreso e imponer su voluntad con una organización afín, preestablecida y organizada para tal fin.

Y encima ahora nos dicen que aceptemos los resultados de este Congreso adulterado y nos quieren dar lecciones de democracia, ¿cuando han cumplido con las resoluciones desde Bellaterra?, ¿cuántas veces se ha vulnerado todo lo vulnerable?, ¿cuántas veces se ha demostrado que se estaba vulnerando lo establecido y callaban como mudos interesados?.

Nada tengo que aprender de ellos, y menos en democracia, no la han respetado, la han vulnerado y se han cargado la esperanza que era este partido.

No acataron lo establecido en Bellaterra, pero se quedaron en el partido para lograr su propósito, durante todo un año, haciendo labor de zapa, expandiendo su voluntad por todas las agrupaciones, cargándose todo lo que no era favorable a sus propósitos, y el de Carreras ,de imponer un ideario de centro izquierda no nacionalista y el de Rivera y su gente, de perpetuarse en el poder.

Han vencido, pero no democráticamente, esa palabra no puede ser pronunciada por quien ha participado activamente en este folclórico juego de demagogias.

Anónimo dijo...

Rivera y su círculo de trepas vencieron pero no convencieron, y además no jugaron limpio.

Ciutadans, un partido sin futuro. Y que lástima que sea así.

De todas formas yo aún aguanto como afiliado, pero no sé hasta cuando...

Anónimo dijo...

No es otro partido lo que hace falta, lo que necesitamos es otra politica.La partitocracia de Estado,esto que ahora hay, con partidos desarraigados de la sociedad civil, votados que no elegidos y pagados por el Estado y sus sostenedores financieros (qué democracia!) no permite el juego democrático.Paradojicamente,la percatación de esta falacia debe ser harto dificil, cuando muy apreciable y generosa gente reincide en ello y en las ilusiones de una Transición sin libertad política.El mismo agujero negro donde es muy probable irá a parar la promoción nacional de Basta Ya, si no trata de promover el cambio de estas reglas de juego por otras formalmente democráticas y la movilización de la sociedad civil para ello.
De verdad, que cuesta decirlo.

Ana Nuño dijo...

Publicado en Neguev&Me:

Ana Nuño dijo...

Ya he dicho que doy por zanjada una cuestión que otros plantearon de tapadillo y en la que he dicho, y vuelvo a decir, que me niego a abundar.

Como ya ha pasado, al parecer, el tifón de quienes, tras lanzar la piedra y esconder la mano, exigían de los que denunciamos la pedrada que exhibiéramos los moratones (ahí es ná: te ponen un ojo a la funerala y además de decirte que es mentira, que el golpe te lo has dado tú solita, quieren obligarte a explicar por qué duele), ahora sí ha llegado el momento de decirles a los traficantes en iniquidades por qué no se le entra al trapo, nunca, a la infamia programada.

(Otra cosa es que sea sea consciente o no de que se ha programado tal cosa. Acertijo: ¿Qué es un español? Respuesta: Alguien inconsciente de su inconsciente.)

Lo haré poniendo un ejemplo reciente: el del bienintencionado error periodístico que condujo a la popularidad de Robert Faurisson y sus tesis negacionistas.

A fines de diciembre de 1978, el diario Le Monde decidió publicar un refrito de Faurisson, que previamente había circulado como panfleto tanto en círculos de extrema derecha como de la izquierda radical en Francia. Su título: "Le problème des chambres à gaz ou: La rumeur d'Auschwitz". En él, su autor, a la sazón profesor de "crítica y lectura de textos" del Departamento de Filología Francesa de la Universidad Lyon-II, vertía el fruto de sus "investigaciones", desarrolladas de manera bastante sui generis desde 1960: no sólo no hay documentos probatorios de la existencia de las cámaras de gas, sino que es técnicamente imposible que se hubiera gaseado con ácido cianídrico a varios millones de judíos, y ello por razones supuestamente técnicas.

La intención de Le Monde era de las más loables: publicar los delirios faurissonianos conjuntamente, en los días siguientes, con textos diversos -testimonios de sobrevivientes, análisis de historiadores- que le permitieran al lector comprender que estaba ante un trabajo, el de Faurisson, de manipulación ideológica que tenía por finalidad última el desagravio de los nazis y la imputación a los judíos sionistas de haber "complotado" para imponer una versión falaz de los hechos (la destrucción programada, in fine, de 80 % de los judíos europeos), con la finalidad de justificar la creación del estado de Israel.

El resultado de aquella tan loable (e ilustrada y razonable) intención de los Beuve-Méry, Viansson-Ponté y otros destacados (y admirables) responsables de la redacción de Le Monde fue justo la contraria de la que se buscaba obtener. Porque la respetable y respetada plataforma que, sobre todo entonces, era Le Monde, un tipejo mediocre y resentido (y supremamente ambicioso) como Faurisson la utilizó para construir su plataforma de proyección al público.

Como bien dice Pierre Vidal-Naquet, en "Les assassins de la mémoire", "desde el momento en que Robert Faurisson, universitario reconocido como tal, con cátedra asignada en una universidad importante, podía publicar sus opiniones en "Le Monde", con independencia de que fueran refutadas en el acto, el asunto dejaba de ser marginal para ocupar el centro de todas las atenciones".

En resumen: trátese de la negación del Holocausto, trátese de una demonización de Israel que hunde sus raíces en cuatro décadas de antisemitismo disfrazado de antisionismo, básicamente de izquierdas, al menos yo he aprendido la lección: a los que fingen o deliberadamente buscan (poco importan estos matices) acusar a los judíos de ser: a. unos manipuladores que han buscado sacar réditos de sus pasados sufrimientos; b. los principales responsables de las miserias y sufrimientos de otros pueblos (véase hoy, domingo 15 de julio, el tristemente "ejemplar" artículo de Soledad Gallego en El País), y/o c. manejar entre bambalinas los hilos del poder político y económico para favorecer sus intereses,

les digo lo que hace 24 años les dije a los comensales que me acompañaban en una exquisita cena parisiense en uno de los mejores restaurantes de la capital francesa, cuando uno de ellos dijo: "Es normal que el partido de Jean-Marie Le Pen haya avanzado en las municipales, después de todo, seguimos estando dominados -en la prensa, la política, las finanzas- por los judíos".

Doblé mi servilleta. La dispuse correctamente a la derecha de mi plato, para significar que había acabado, y me levanté de la mesa. A modo de despedida, pronuncié sólo estas palabras: "El más exquisito entrante de ostras con trufas de Borgoña no se merece, antes de deglutirlo, sufrir un indigesto comentario como ése".

Huelga decir que, entre los comensales, los hubo que no volvieron a dirigirme la palabra. Otros, en cambio, siguen siendo mis amigos.