Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

a la que te descuidas...

jueves, 26 de febrero de 2009

En este blog he hablado más de una vez de la falta de rigor científico que se adivina en las campañas mediáticas sobre “el cambio climático” que más parece a una cruzada moral
que otra cosa. No soy de las que se preocupan por lo que Juan José Sebreli llama “la falacia del contagio”, es decir, este pánico a coincidir en algo con personas con las que no coincides en todo o con las que no coincides en nada. Así que comparto con gentes tanto de la derecha como de la izquierda esa postura escéptica y cautelosa. Pero aquí todo el mundo arrima el ascua a su sardina y aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para introducir lo suyo de matute. Hace unos días seleccioné una noticia para colgar en la web de Ciutadans de Catalunya y gracias al ojo atento del coordinador pude advertir que se está utilizando el pretexto de la falta de pruebas concluyentes y la exageración algorera para avanzar la agenda creacionista. O si no cómo se explica este párrafo:” “Los científicos partidarios del calentamiento global y de la teoría de la evolución afirman que ellos se basan en pruebas y en datos irrefutables.” Y estaba camuflado ahí. Por cierto ¿quién firma la noticia? ¿Hay alguien ahí?

y del humanismo al trans humanismo

viernes, 20 de febrero de 2009

Dentro de unos días, en Tercera Cultura, publicaremos una fascinante entrevista con Eduard Punset. El tema que vamos a tratar es La Inmortalidad.

No queremos morirnos. Pero si nos preguntaran si queremos vivir para siempre, muchos no sabríamos que responder. “Para siempre” es mucho tiempo y suena tan condenatorio como saber que tenemos una fecha de caducidad irrevocable. Pero nadie le hace ascos, teniendo una razonable calidad de vida, a alargar su estancia en este planeta. Las drogas para la eterna juventud suelen ser noticia en la prensa y se dice que hay un mercado donde gente con dinero tiene el privilegio de ser los primeros en usarlas. Aparte de algunas fantasías la ciencia sí que está en condiciones para avanzar en solucionar las disfunciones de nuestro cuerpo y tratar enfermedades de manera “Alucinante” como se tituló en España a una maravillosa película precursora de otras igual de sugerentes que vendrían después.

Pero hay quien va mucho más allá. Existe un movimiento llamado Trans Humanista que pretende, no sólo avanzar en la lucha contra las enfermedades y la vejez, sino “mejorar” al ser humano. Uno de quienes más trabaja en este campo es Ray Kurzweil que también investiga sobre salud y alimentación. Kurzweil y gente como él sostiene que habrá muy pronto un momento o “singularidad” en la que la humanidad dará un salto adelante. Un salto a algo más allá del hombre. Estas ideas no gustan a todos y Francis Fukuyama escribió hace unos en años en Foreign Policy un artículo muy crítico donde definió esta idea como “una de las más peligrosas que puede pensar un humano”.

Como los autores de este post , creo que es el proyecto más estimulante e ilusionante posible. Y más cuando lo que nos rodea va en sentido escandalosamente contrario al progreso (pagado de nuestro bolsillo).

Ahora, ¿a alguien le parece que realmente se sobrevive “descargándose” en algo más resistente que un cuerpo humano?

humanismo secular

El Foro Humanismo Secular ya existe como asociación en España. De momento está albergado en Facebook y como sección en la página tercera Cultura , donde dice que el humanismo secular “es una corriente del pensamiento ético que pretende apoyarse en la ciencia y la razón crítica, como alternativa a la fundación trascendente o mística de los valores.” Los creadores de este foro no somos creyentes pero no pretendemos crear una asociación de ateos, ni dedicarnos a demostrar que Dios no existe, ni convencer a nadie de que sostiene falsas ilusiones. A nosotros no nos interesa nada de eso. Nuestro propósito es fundamentalmente positivo y encaminado a trabajar en un territorio común de carácter ético que podamos compartir creyentes y no creyentes. Sostenemos que los fundamentos éticos pertenecen al acervo evolutivo de todos los seres humanos. Creemos que en todas las religiones y filosofías éticas tanto la solidaridad, como el coraje, la valentía, o la generosidad son valores conocidos y respetados. El problema ha sido que hasta ahora todos estos valores estaban reservados para los propios.

Vivimos en un mundo donde los fundamentalismos resultan una amenaza real. No somos relativistas y creemos que la secularización del estado y la promoción de los valores democráticos son la base en la que crecen sociedades más sanas y de mayor nivel de vida. Hay valores que defendemos a capa y espada y no nos impresiona que nos puedan decir que son etnocentristas u “occidentales” porque la ciencia ya ha demostrado que son innatos en todos los seres humanos. Por otro lado, estamos convencidos de que en un mundo globalizado no nos podemos permitir el choque de religiones ni de identidades de grupo y de que sólo sobreviviremos si podemos establecer unas reglas de juego comunes en el espacio público. El Humanismo Secular es algo comprensible y aceptable para cualquier ciudadano del mundo.

obis pillos

lunes, 9 de febrero de 2009

Este pájaro dice que se guía "por las evidencias". Se nota la práctica que tiene.

La mejor vacuna para tipos así es Michael Shermer. Su "Por qué creemos en cosas raras" dedica una buena parte al negacionismo. Se debería leer en los colegios. Propongámoslo para una Educación para la Ciudadanía que realmente quiera dar instrumentos para el análisis crítico y el librepensamiento.

el proceso proyectual

Mi amigo Vicente Carbona en su blog Crítika Memetika se lamenta de que “en un mundo “plural”, definido por gente que sufre de un exceso de información improcesable, todas las ideas tienen el mismo peso.” En realidad creo que el relativismo fue, con su balsámica propuesta de la “democratización de los saberes”, el agua de mayo que convirtió a cualquiera que pintase o escribiera algo (aunque fuera “para él” por ser “poco comercial”), si se declaraba de izquierdas y repetía algún mantra facilón, en un intelectual. Es lo que transpiran esas galas de los Goya, por ejemplo. Una bonita exhibición de chaneles y guccis justificados moralmente si quien presenta deja caer algo arrebatado y escasamente alfabeto sobre Palestina, Bush o Esperanza Aguirre. Vicente cita las palabras de Robert Proctor : “Pero la ignorancia (también)surge y crece cuando la gente literalmente suprime la verdad –o la ahoga- o procura hacerla tan complicada, que a los demás simplemente les deja de importar qué es verdad y qué no es verdad”.

Hace tiempo que el pensamiento culto se abarató y su flacidez medra hasta en la sopa. Y nunca mejor dicho. Vean las presuntuosas derivaciones que sufre un particular cuando lo único que desea es información sobre un restaurante.

Restaurante xdF Xamfrà del Fòrum. Tarragona


“ El proceso de proyecto se ve presidido por dos agentes básicos, condicionados siempre por un criterio de la máxima sobriedad posible en el conjunto de la intervención y en los resultados que puedan obtenerse de la misma. El primero de ellos es el máximo respeto hacia los datos propios de la realidad preexistente, como fuente de posibles contenidos de enriquecimiento del proceso proyectual. El segundo de aquellos agentes es la consecución de las mejores condiciones de visibilidad de las mesas de los comedores sobre los restos del próximo yacimiento del foro romano de la antigua ciudad. Estos dos agentes básicos y aquel principio de la máxima sobriedad en el resultado del proceso de proyecto darán como resultado un notable resultado final, especialmente satisfactorio dados los condicionantes iniciales de la dinámica de proceso proyectual.”

Lo dicho: hasta en la sopa. Cómo se carcajeaba Tom Wolfe en La palabra pintada de estos críticos de palabras largas e ideas cortas. Decía que no existía literatura más abominable que la que acompaña una obra de arte. Eduardo Robredo expone en Tercera Cultura su convicción sobre la inviabilidad de una filosofía desligada de lo material. La arquitectura, por su parte, sigue siendo territorio de un idealismo irrespirable.