Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

Tornaré a lluitar, tornaré a sofrir, tornaré a vèncer

miércoles, 5 de agosto de 2009

I com deien aquells nois ,

¡Tornaré per setembre!

Si no tengo un mono exagerado, ya no escribo aquí hasta septiembre.

Que el calor le sea leve a quien se quede.

Besos escamosos (pero no escamados)