Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

"En ninguna parte es la ciencia la única noticia como en la Rambla de Barcelona"

jueves, 1 de noviembre de 2012




Esto lo dijo Lynn Margulis. Que además tiene un  prólogo en el libro "Cara a cara con la vida, la mente y el Universo", Destino) de Eduard Punset en el que vincula determinadas virtudes con el habla de una lengua. Aseveración del todo extraordinaria, especialmente por parte de una científica . La frase concretamente es esta: 


"Lo que suele ignorar mucha gente más allá de ese rincón de Europa fértil y lleno de colorido es hasta qué punto llega el interés, el conocimiento y la preocupación por la ciencia y por los temas ambientales en las personas que hablan aquella lengua (el catalán), ya sean jóvenes o ancianos."

Nada  de esto sabía yo hasta que me lo ha señalado mi amigo Eduardo Robredo, que sospecha que  "desde hace tiempo se pretende propagar la idea de que los catalanes, o los vascos, poseen una virtud superior a los demás españoles. Hay distintos medios de hacerlo: a través de la educación, los intelectuales, las series de televisión..."

Y me añade una a viñeta a la que califica de "hispanófoba".


Poco a poco en Cataluña se ha creado un feed-back entre el conjunto de poderes públicos (el 4º sobre todo) y la ciudadanía (no hay nada más agradable que ser Alfas sin tener que sacarse ni el Graduado Escolar) que ha alimentado de manera suicida esa superioridad para -racial que siempre ha estado presente en la ideología nacionalista. Aunque ésta no tenga un corte sabiniano manifiesto porque, teóricamente, extiende su manto identitario a través de la generalización del catalán, esta pulsión no es menos real.

En el nuevo blog  Caricatunya, veo un artículo de Salvador Cardús que merece un fisking detallado, pero del cuál sólo extraigo esta muestra. Hablando sobre la independencia de Cataluña, dice:


"...porque a la UE y a muchas de las multinacionales hoy en Catalunya les podría ser muy conveniente tener a una Holanda en el sur de Europa como motor de un cambio de mentalidad económica sin la cual el proyecto europeo no avanzará."

Somos holandeses, dice. ¿Se dará cuenta por fin Europa de que los catalanes somos arios? ¿O mirarán a Salvador Cardús y sólo verán al típico hispano feo, no muy alto y sentimental?

Hay una multitud de defectos, imperfecciones y lacras que el catalán (o el vasco) confortablemente adherido a esa política de masaje de ego tiene por perfectamente ajenos, ya no sólo a su cultura, sino a su naturaleza. Si, ya sabemos que los baturros son muy nobles y los riojanos también. Pero va un poquito más allá. Este es un paseo por el borde del ridículo en un mundo en el que la globalización por un lado, y las evidencias en las cuentas de  resultados en el otro ponen a cada uno en su sitio tarde o temprano. Y entraña tanto peligro que los nacionales de esas nacionalidades tan indiscretamente fanfarronas estamos sentados sobre un polvorín fallero. Un polvorín, por cierto, muy  parecido al tantas veces denunciado que se incuba en países islámicos que alardean de superioridad religiosa y cultural a pesar (o a causa) de la constatación flagrante de su poca contribución en los avances políticos o científicos globales. Y eso tiene siempre como reverso  la humillación, la vergüenza y el victimismo.

Estos rasgos tercermundistas son un gran estorbo en nuestro desarrollo. A los políticos les vienen muy bien, pues son los sentimientos más fáciles de manipular. Pero son una amenza para un una ciudadano que se protegería mejor si supiera que, como los demás,  él también puede que vaya desnudo.




2 comentarios:

Juan Poz dijo...

Por otro lado, aquí, ¡simulacro de simulacros!, se iita la "grandeur" francesa, en versión casposa, y se catalaniza todo -menos la bandera del carnet de identidad- de una forma tan torpe como paleta. Pau Gargallo, afamado escultor, jamás fue Pau, sino Pablo, por ejemplo. Y aunque siempre han estado tentados de Pauficar a Picasso, el ridículo hubiera sido tan mayúsculo que nunca antes se hubiera sido más similar a una república bananera. Aún guardo en la memoria dos momentos estelares de la "vida nacional": La decisión solemne, "al más alto nivel", claro, que hubo de tomar Jordi Pujol ante el gran reto: Se doblaba o no se doblaba a Cantinflas, al pasar sus películas por la televisión del régimen. Y aquel mitin en que HB sembraba para cosechar votos que dieran cobertura a Hipercor: Los heroicos proetarras comienzan a desbarrar en castellano. La audiencia vocifera contra la "lengua opresora". Los gudaris sangrientos se miran perplejos y deciden continuar su intervención en vasco. La audiencia estalla en aplausos y sigue religiosamente el mitin sin enterarse de nada. Misión cumplida. Para que tendrían ellos que razonar pudiendo gritar y sestear.

P.S. María Teresa, ¿de verdad que no os vais a mover ni lo más mínimo para contribuir a plantar cara a CiU vía C's? No puedo creer que gente tan sensata anteponga la soberbia a la eficacia de la lucha contra el neofascismo. Pronostican fuerte subida para C's, y tengo para mí que esos votos serían los mismos que, después, en las generales, podrían ir a UPyD. No lo entiendo. Hay empecinamientos que parecían lógicos solo del pecé...

Mujer-Pez dijo...

Juan, ya sabes que una de las cuestiones que denuncia upyd es que no haya partidos realmente nacionales, partidos que tengan una sola voz en todo el territorio. Ya hemos visto durante años los perjuicios que causan las posturas independientes de las delegaciones regionales de los partidos, tanto del PP como del Psoe (¿de verdad quieres que hablemos del PSC). Hasta el punto de que han sido uno de los coadyuvantes de esa centrifugación alocada, de esta liquidación de la unidad.

Por otro lado, Upyd y Ciutadans comparten casi todo el adn. Muchos de los afiliados y simpatizantes de Upyd CAT llevamos esta situación con diversos grados de ambivalencia. Yo, por ejemplo, decididamente con el corazón "partío". Es el típico caso de conflicto de valores. Dos visiones perfectamente comprensibles que, por desgracia, son incompatibles.

Mucha gente nos reprocha esta falta de libertad de maniobra. De "decisión", en una palabra. De que no podamos actuar sin atenernos al dictado de "Madrid" (en realidad, claro, del conjunto del partido). Pero, ¿en qué quedamos? No puedes ser miembro de un partido nacional e ir por tu cuenta.
Se trata de ser consecuente, aunque se hagan sacrificios. Lo malo es cuando los sacrificios te tocan a ti.

En un tema que va más allá de ese supuesto "empecinamiento", esos "personalismos"; si los hay, allá ellos. Pero es mayoritario este punto de vista en la dirección, más allá de las cabezas visibles. Es la parte mala de ser miembro de un conjunto más amplio: ellos también tienen "derecho a decidir". ¿Te suena el dilema?
besos, querido.