Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

Por qué fracasan los países

jueves, 31 de enero de 2013




Estuve leyendo este libro y me parecen destacables varias cosas. Una: la insistencia en que es no posible una democracia de calidad si el estado no es fuerte. Aquí nos hemos acostumbrado a la idea, más difundida por socialistas y nacionalistas que otra cosa, de que el estado ha de ser "descentralizado". El poder debe estar repartido hasta el punto que hay autonomías que reclaman "relaciones bilaterales". Bien, eso no es sensato. Ha sido uno de tantos errores. Según Acemouglu, para que un estado tenga instituciones "inclusivas", no corruptas, un requisito indispensable es un sólido control central.

Aunque es una obviedad,  a los nacionalistas también les sorprenderá esta desenfadada declaración: "España se formó en 1492 con la unión de los reinos de Castilla y de Aragón". ..."La unión de las coronas de Castilla y Aragón y sus herencias y matrimonios posteriores crearon un super-Estado  europeo."

Otra cosa que me sorprende y me divierte: Carlos Slim se pasea por sus páginas como ejemplo del potentado  tercermundista en cuánto a estilo de hacer negocio. Contrapuesto a Bill Gates.

Reflexiones sobre un post de Roger Senserich

viernes, 25 de enero de 2013






Nota: soy catalán, de padres catalanes, y vivo en Estados Unidos (Connecticut). Mi mujer es americana. Como en todos los artículos sobre catalanes, nacionalismo y secesión, voy a ser especialmente implacable en los comentarios. La primera tontería será borrada; la segunda implicará cerrar el hilo. Avisados estáis. 



Esta advertencia es la que remata el post de Roger Senserich en Politikon. No se la había visto nunca en otros escritos. ¿A quién se refiere? Imagino que a todos los revoltosos "de un lado y otro". Evidentemente, Senserich está por encima. Y va a ser "especialmente implacable". Va más allá de que la gente sea maleducada y soez. Desde mi punto de vista, habla quien tiene la fuerza moral del lado soleado de calle. Y le cuento por qué.


Esa masa de gente que tan ignorante considera,  está formada por los independentistas y por los llamados “unionistas”, un taxón creado ex profeso al que por fuerza nos vemos embutidos gente como yo y, según usted,   “la mitad de la prensa de Madrid obsesionada de la infinita maldad de los nacionalistas catalanes y todas sus oscuras conspiraciones para adoctrinar a los niños y destruir esta gran Nación” , y unos que “se pasan la vida adorando la Constitución como texto sagrado”.  Y si nos sentimos ofendidos por semejante arbitrariedad, cuidadito. Cuidadito con responder a la sarta  de desprecios que acoge el texto con el natural cabreo. Va a ser “implacable”.

¿Y qué leemos en el texto? En su perfecto planeta, el tema del separatismo (en este caso, catalán) es  “un problema real”, aunque esté, vaya por dios, “basado en hechos” tal vez no “objetivos”. Y que por lo visto después de casi 100 años de continuo machaque aún merecen el trabajo intelectual de  “ser discutidos, considerados y analizados” ¡”en cierto detalle”! Asegura, encima, que nunca ha habido “un gobernante español con dos dedos de frente” que haya sabido que “el sistema no funciona, y necesita una revisión en profundidad.”

Es despectivo e insultante. Pasando por encima de la cuestión fundamental, que es que, alegando “derechos históricos”, se reclaman privilegios para unos ciudadanos por encima de los otros. Y es el tema esencial. Sin contar con que esos mismos nacionalistas llevan tiempo haciendo de su desprecio a la legalidad, un mérito. Cataluña es un lugar de Europa con riesgo muy real de inseguridad jurídica. Tampoco recuerda que estas reclamaciones de tipo fiscal y tributario son un paso no disimulado hacia la independencia. Como despectivo e insultante es que diga con total frivolidad y malicia que “los políticos en Madrid deciden que esto de hablar idiomas es de aldeanos” y que “el idioma que hablamos en casa no merece consideración.”. Nombres, queremos nombres. Y queremos citas y fuentes. Si no, es puro insulto y panfleto.



Siguiendo argumentos similares a los expuestos anteriormente por Christian Campos en Jot Down, se apunta  a la exasperante y creciente moda de exigir a esos “unionistas” (definición que recogen los “independientes” como Senserich sin la menor critica) que elaboren una especie de relato como mínimo igual de "engrescador" que el separatista.


¡Qué relato alternativo puedo tener frente al independentismo que no sea la misma árida sensatez con que la Constitución lo bloquea! ¿O es poco motivo la barbaridad que supone el separarnos de amigos y familiares? ¿O el pavor nada indocumentado que sentimos ante esas fracturas sociales, con tan tremendos antecedentes en la Historia?

¿Relatos alternativos? ¿Argumentos paralelos? ¿Acaso los tenemos ante otros principios que recoge la Constitución como el derecho a la propiedad privada, o  a la separación iglesia- estado? ¿Tengo que tener un relato alternativo al del alcalde de Marinaleda, por ejemplo? ¿Ante un animoso Imam que, teniendo un número ya lucidito de fieles empadronados (tenemos muchos en Cataluña) declare que tienen “derecho a decidir” e imponer la Sharia en el municipio?

Yo también soy catalana, de lengua materna catalana y con la mayor parte de mi familia en Cataluña.  Ni soy “unionista”. ni “propiedaprivadista”, ni “iglesiaestadoseparatista”. Ningún reaccionario va a conseguir que acepte calificativos interesados que sólo buscan hacer de la normalidad (por lo menos, en la mayoría de países de “Occidente”, el de la señora Senserich, por ejemplo) una patología.

Claro que tengo “argumentos” para permanecer unidos. Soy humanista, ergo universalista (sin ensoñaciones sobre el fin inminente de los estados y cosas así) . ¿Qué otra cosa se puede ser en este mundo globalizado? Trabajar en nombre de lo que nos une tiene una carga ética incomparablemente superior a lo contrario. ¿Hay que explicar esto? También los tengo sobre el por qué es mejor el derecho a la propiedad privada o a esa separación Iglesia-Estado que decía. Pero el relato alternativo a la secesión, el que está a su mismo nivel “engrescador”, es el de “Santiago y cierra España”. Guárdelo para sus “unionistas” ideales, esos que le mantienen por encima del Bien y del Mal. Es duro tener que considerar que hay que tener argumentos equivalentes a la mezquindad de las razones insolidarias del nacionalismo. O al racismo de quien dice “España nos roba”, que es lo mismo que decir “los españoles (aunque sean los padres de uno) son unos ladrones”,  o del descerebrado milenarismo del mundo perfecto en el que nadaremos en leche y miel.

 Estoy segura que el relato del “otro tipo de sociedad” (aunque ya sabemos cuál es) que propone Juan Manuel Sanchez Gordillo,  o el del Iman de Terrassa son mucho más embelesadores que los argumentos en contra, con toda su lucidez. Pero los solicitan  porque saben que hay muchos ciudadanos infantilizados que quieren cuentos y epopeyas. Y no se atreven a decirlo.

Hay personas que se ponen una etiqueta y dan lecciones. Esos que Thomas Sowell llama los “anointed”. Ya quise una vez escribir algo sobre una charla dada por Senserich en Reus,  ante un público de “escépticos” . Se llamaba “La izquierda reaccionaria”. Toda una disertación sobre la izquierda con el mérito de no definir en absoluto qué significaba el término. Allí defendía la mismas políticas liberales que pudiera defender Rajoy. Eso, sí. Sin definir  “izquierda” se  presentó como tal. “Tengo que dejar claro que soy de izquierdas”, dijo. Me reservo comentarios.

Pero hay algo que no puedo dejar pasar. Dice que existen “unionistas” en Barcelona “que se esconden”. ¿Por qué se esconden? ¿Querría contarlo? Yo puedo incluir aquí un detalle personal que dará pistas a sus lectores. De hoy mismo. Resulta que mi adorable sobrina de 18 años, le ha pedido a su madre, que por favor no vuelva a contar en su lugar de veraneo (un pueblecito del Pirineo leridano) que yo, ex Ciutadans y de Upyd,  soy su prima. Le ha creado mal rollo con la colla.

Ha dicho que va a ser “implacable”. Con los uno y con los otros. Gentes ignorantes que toman partido. Uno de los síntomas que les suelen servir a las personas decentes a la hora de apoyar causas en apariencia igualmente argumentables es quién ha de esconderse de quién. Recuérdelo cuando tenga que ser “implacable”. 

el negocio de la victimización femenina




Que tiene innumerables facetas. La autora de este libro sugiere que las mujeres leen lo que crean los hombres. Una de las frases dice así:


Los hombres no pierden el tiempo leyendo, sus mujeres e hijas sí. Ellas tienen tiempo libre para perderlo. Los hombres nos dedicamos a crear. ¿Ese es el discurso dominante que quiere denunciar?
Sí, por supuesto. El tiempo de los hombres tiene más valor de mercado, mayor valor de uso y de cambio que el tiempo de las mujeres. Por esta razón el mercado las ha elegido como su público prioritario y las campañas de marketing están destinadas a satisfacerlas. Los hombres se dedican a crear, a la actividad de la autoría, mientras que las mujeres, acostumbradas históricamente al anonimato, siguen siendo consumidoras pasivas

Son aseveraciones muy ligeras. Evidentemente, las mujeres leen más porque tienen más tiempo. No sé qué querrá decir que el tiempo de los hombres tiene mayor "valor de mercado, ni cómo  el "mercado" va y  se "elige" un público él solito. 

La realidad es que la mujeres leen más porque dedican un tiempo que sin duda tienen a ello. Según Warren Farrell, 25 millones de americanas leen novela romántica a tenor de 20 (sí, leen bien, 20) libros de este cariz al mes. Y no sólo son lectoras de literatura elaborada por hombres. Muchísimos de sus libros favoritos están escritos por mujeres. Desde las marujiles "Sombras de Gray,  a Danielle Steel, Jackie Collins, Barbara Cartland o la inolvidable Corín Tellado.

En defensa de la libertad de expresión

miércoles, 16 de enero de 2013





En este caso de Imram Firasat. Hace un tiempo, a través de la plataforma que impulso, el Foro Humanismo Secular, contacté con Imram Firasat, paquistaní que se declaraba ateo en su página web y que vivía en Madrid. Me parecía alguien a quien cuidar. Estos movimientos ateos o apóstatas por parte de personas de cultura musulmana son fundamentales para el proceso de laicización y democratización de los paises de tradición islámica. 

Pero descubrí que Imram, que es refugiado político desde el 2005, había elaborado un video en España que se llama The innocent prophet (El profeta inocente), y que el Gobierno opinaba que las consecuencias de la difusión del mismo eran "altamente preocupantes" por el "riesgo real" de ataques terroristas contra nuestro país. Y había revocado su asilo con lo que se enfrenta a una deportación inminente.

Comunicado esto a la dirección de Upyd, vi con satisfacción que se tomaban el caso con la misma preocupación y alarma que yo. Por fin hoy he sabido que se ha registrado una pregunta al Gobierno. Este es su redactado:




A LA MESA DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


El Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia, a instancia de su diputada, Irene Lozano Domingo, y al amparo de lo dispuesto en el artículo 185 y siguientes, del vigente Reglamento de la Cámara, presenta la siguiente pregunta para la que se solicita respuesta por escrito sobre la privación a Imran Firasat de la condición de refugiado político por parte del Gobierno.

Congreso de los Diputados, 14 de enero de 2013

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

El ciudadano paquistaní Imran Firasat, autor de la película “The inoccent prophet” (El profeta inocente), corre peligro de ser expulsado de España. Firasat, que se declara exmusulmán, después de haber practicado esa religión durante más de 25 años, disfrutaba del estatuto de refugiado político en España desde 2005, así como de los permisos de residencia y trabajo. Sin embargo, a raíz del anuncio de su realización de la citada película, el Ministerio del Interior ha comenzado lo que se puede calificar de persecución por motivos de conciencia, privándole de los permisos de residencia y trabajo, y amenazándole con procedimientos judiciales que pueden acabar con su expulsión de España y la deportación a su país, donde correría graves peligros por sus opiniones críticas con la religión musulmana, ya que la blasfemia se castiga con la pena de muerte en Paquistán.

En la citada película, Firasat expone su punto de vista respecto al profeta de la religión islámica, con mayor o menor acierto, con mejores o peores formas, pero en ningún caso es necesario compartir su visión para defender su derecho a expresarla. En Europa son ya numerosos los casos en que autores, escritores, cineastas, dibujantes, han sido perseguidos, en algunos casos hasta la muerte, por haber criticado, satirizado, ridiculizado o insultado a Mahoma. Baste recordar el caso de Salman Rushdie, Ayyan Hirsi Ali o Theo Van Gogh. Las amenazas de muerte actúan sobre los críticos del Islam como una suerte de censura previa, encaminada a coartar la libertad de expresión de dichos autores, así como a extender la sacralización de ciertos aspectos o personajes relevantes de la religión musulmana y la veneración practicada por sus fieles a toda la sociedad. Una sociedad aconfesional y abierta como la española está en la obligación de defender a cuantos ejercen pacíficamente la crítica, por dura que sea y al margen de que se compartan o no los puntos de vista, pues una sociedad liberal se caracteriza precisamente por tolerar aquellas opiniones que le repugnan, y no aquellas que comparte.

En lugar de hacer suya la defensa de la libertad de expresión y de conciencia en la figura del refugiado Imran Firasat, el Gobierno ha tomado medidas claramente orientadas a disuadirle de su comportamiento, algo inaceptable en una democracia digna de tal nombre.

En relación a lo anterior se presentan las siguientes preguntas al Gobierno:
1.- ¿Existe un informe de la Subdirección General de Asilo (Ministerio del Interior) de fecha 3 de diciembre de 2012, que califica la realización de una película por parte de Imran Firasat de “actuaciones desestabilizadoras”? En caso afirmativo, ¿qué valor concede el Gobierno a dicho informe?

2.- ¿Qué motivos han llevado al Gobierno a privar a Firasat de la condición de refugiado político en nuestro país? ¿Considera el Gobierno que se ha dado algún cambio en la vida política o en la legislación paquistaní que justifique el final de la protección que nuestro país le otorgaba?

3.- ¿Tiene el Gobierno pensado utilizar en adelante la concesión de asilo político como instrumento de presión para reprimir las opiniones expresadas por ciudadanos libres afincados en nuestro país?

4.- ¿Qué medidas va a tomar el Gobierno para proteger a Firasat del riesgo de hacer públicas sus opiniones sobre el islam libremente?

5.- ¿Considera el Gobierno que las críticas a una religión constituyen un delito de incitación al odio?


Irene Lozano Domingo

Diputada del GP de UPyD
 





Barrer para la Casa (Gran)





Es muy interesante el post que ha colgado mi amigo Eduardo. La relación entre consanguinidad y democracia. Un estudio que cita asegura que la consanguinidad predice el grado de democracia en una sociedad. Lo que explica es muy potente:



Los datos sugieren que allí donde las redes de parentesco consanguineas son numéricamente predominantes y han sido hechas para construir un estado común, es improbable que la democracia se desarrolle. Una posible explicación para este hallazgo incluye la idea de que el flujo genético restringido desde los matrimonios consanguineos facilita un colectivismo rígido que es hostil al individualismo y el reconocimiento de los derechos individuales, que son elementos clave del ethos democrático. Además, altos niveles de similitud genética dentro del grupo podrían desincentivar la cooperación entre grupos de parentesco grandes que comparten la misma nación, inhibiendo la democracia. Finalmente, la similitud genética que surgen de la consanguinidad podría facilitar la depredación de recursos por los miembros de las redes familiares de la élite como una forma de conducta basada en la eficacia inclusiva"(nepotista, aclaro yo).  

En estos días que tanto hemos sabido de la actividad depredadora de la familia más emblemática y representativa de Cataluña, esta idea y estos estudios nos iluminan particularmente. No porque en Cataluña seamos únicos en crear redes clientelares, incluso familiares de “extracción de rentas" que dice Acemoglou. En Andalucía, sin necesidad de nacionalismo independentista, lo han hecho estupendamente. Y muchos son los casos de familias de la política del resto de España que supuestamente han prosperado al calor del dinero público. Pero en Cataluña es distinto porque unas élites armadas con una ideología inclusiva, al disponer durante años del monopolio de los medios de comunicación y de una escuela y universidad doctrinarias, han conseguido convencer a amplias capas de la población que aquello que los libros de Historia, de Sociología, de Ética habían dejado establecido que era nefasto para una sociedad próspera y libre, esto es, fundamentar las relaciones sociales y el sujeto político en un "pueblo" como depositario de una cultura y de una historia asociadas a una…etnia,  era en realidad progresista. Estas reflexiones aún hacen más asombroso que el mito excluyente haya sido abrazado tanto por grupos de izquierda radical como, ahora,  las Cup, como por unos socialistas más modernos que nadie que se atreven a hablar de "federalismo plurinacional" o directamente de federalismo con diferencias.  El tema es más complejo que esto, desde luego, pues los intereses económicos y de poder han jugado mucho.

El nacionalismo es una forma ampliada del nepotismo. Que no se quiera ver ni siquiera por la intelligentzia catalana sólo se explica por una mezcla letal de autocomplacencia, oportunismo y esa  cobardía que, según parece, decía Pla que era propia de los catalanes, aunque yo no creo en la idiosincrasia inmutable catalana, ni siquiera en esto.



El pájaro pintado o la entrega amorosa a quien tiene tu vida en sus manos.

miércoles, 9 de enero de 2013



Antes de devolver "El pájaro pintado"  de Jerzy Kosinsky a su dueño, dejo aquí este párrafo, que me parece la más memorable representación del poder y crueldad de la belleza o de la belleza del poder y de la crueldad, como quieran.


"Al cabo de poco tiempo apareció en el patio un alto oficial de las SS, vestido con un uniforme negro como el hollín. Nunca había visto un uniforme tan impresionante. En el orgulloso remate de la gorra fulguraba una calavera con dos tibias cruzadas, en tanto que unas insignias en forma de rayos le adornaban el cuello. Tenía la manga cruzada por un brazalete rojo con el temerario signo de la esvástica. (…) 

El oficial se acercó indolentemente a mí, golpeando con una fusta la costura de sus pantalones de montar recién planchados. Apenas lo vi no pude apartar la mirada de él. Todo su ser parecía imbuido de una cualidad eminentemente sobrehumana. Contra el fondo de colores tenues proyectaba una negrura indeleble. En un mundo de hombres de rostros atormentados, con los ojos reventados, con las extremidades ensangrentadas, magulladas y desfiguradas, entre los cuerpos fétidos y descoyuntados, él parecía un modelo de pulcra perfección inmarcesible: su rostro de piel suave y brillante, el refulgente pelo rubio que asomaba por debajo de la gorra rematada en punta, los ojos de metal puro. Cada movimiento de su cuerpo parecía impulsado por una colosal fuerza interior. El timbre granítico de su voz era el más adecuado para ordenar la exterminación de criaturas inferiores y desamparadas. Me sentí aguijoneado por un sentimiento de envidia que jamás había experimentado antes y admiré la calavera y las tibias cruzadas y deslumbrantes que adornaban su alta gorra. Pensé en lo hermoso que sería tener una calavera resplandeciente y lisa como esa en lugar de mi cara gitana que despertaba tanto temor y disgusto entre la gente bien.

El oficial me estudió detenidamente. Me sentí como una oruga aplastada, destilando jugo sobre el polvo: un ser que no puede hacer daño a nadie y que sin embargo inspira odio y repugnancia. En presencia de este hombre rutilante, armado con todos los símbolos del poder y la majestad, me sentía auténticamente avergonzado de mi aspecto. Miré la hebilla ornamentada de su cinturón de oficial, que se hallaba exactamente a la altura de mis ojos, y aguardé su decisión.

En el patio reinaba nuevamente el silencio. Los soldados nos rodeaban esperando obedientemente lo que ocurriría a continuación. Sabía que de alguna manera se estaba decidiendo mi destino, pero eso me resultaba indiferente. Había depositado una confianza infinita en el veredicto del hombre que se empinaba frente a mi. Sin duda tenía poderes que no estaban al alcance de la gente común."

"Unionista", me dices ....

lunes, 7 de enero de 2013









Hace días que no entraba en Jot Down y hoy lo he hecho. Y me alegro porque ya en noviembre vi este artículo de Cristian Campos y me quedé con ganas de responder. Siempre es muy entusiasta y apasionado. Pero este es un Cristian que no me encaja nada con la imagen que tengo de él. Y lo que me choca no es algo que se descubra, inopinado, en las profundidades del texto. No tengo que avanzar mucho para que la sorpresa se produzca. Dice así en el primer párrafo:

 Creo que no miento si digo que el unionismo ha sido incapaz de producir un solo argumento positivo que conduzca a los catalanes a arrojar sus esperanzas independentistas al más negro de los pozos del averno y abrazar con fervor Mariano a la madre patria española y ya de paso a su anciana suegra la Castilla imperial, por estricto orden de llegada.”

A ver, Cristian, ¿”unionismo”? ¿Lo de Escarlata O´Hara y todo aquello? Porque si no, es que estás haciendo lo que, en las guerras modernas, y esta lo es, dicen que no debe hacerse: utilizar el lenguaje de adversario (imagino que sigue siendo adversario…) Si tienes esa debilidad, cedes a su cosmovisión.
Aquí, entre los que no sufrimos esa infección memética recurrente, tan endémica como pueda serlo la fiebre porcina en Extremadura (es una analogía fríamente conceptual, no ofensiva. Además, el cerdo es un pariente cercano. Mío, si quieres), no hay “unionistas”. Vamos, yo no les conozco. Aquí hay un personal que disfruta de una Constitución bastante presentable que, como está mandado,  recoge bien claritas cosas elementales por si acaso. Tampoco conozco “anticesaropapistas”, o algo así, que se declaren enemigos de volver a reunir el poder del Estado y el de la Iglesia. O “proderechoalvotofemenino” que sean militantes sobre algo ya conseguido. El avance y el progreso en las sociedades modernas lleva a que, afortunadamente, se tengan asimiladas cuestiones de sentido común o de derechos humanos que ya ni se cuestionan. Ni a favor ni en contra. ¿Es usted partidario del alcantarillado urbano frente a la fosa séptica? No hay debate.

Así, una unidad de integración consolidada, pongamos un país democrático, con derechos y libertades para todos en igualdad, es mejor que no se toque. Y lo dictan también diversas Constituciones de países del resto de mundo occidental. Dirás que este es un tema abierto aún en España. Que hay una tradición ideológica en determinadas regiones y gente que la sostiene  De acuerdo. Culpa de todos. En un mundo en plena globalización, tendente por pura supervivencia a reforzar los puntos de encuentro para lograr instituciones más inclusivas que fomenten la paz, nuestros nacionalismos son rémoras de la Transición, fruto de los prejuicios y la mala conciencia post franquista. Por motivos partidistas (de todos los partidos)  y  falta de comprensión cabal del problema, no se ha actuado para contrarrestar sus obvias características disfuncionales. Es un legado utópico e inviable, sólo útil para quienes van a encontrar el medio de  explotarlo en su beneficio. El anti franquismo estuvo bien porque se oponía a una dictadura. Pero las ideas más excitantes  que se exhibían no eran las que iban a traer la paz y el progreso. Ni el nacionalismo, ni el comunismo.

Vayamos otra vez al párrafo. ¿“Argumentos positivos”, dices? Cuando te lo he leído me ha venido de inmediato a la cabeza una anécdota que parece calcada.  En un acto que organizó, después del happening masivo aquel del 11 de septiembre, Upyd Cataluña, invitamos a dos periodistas (Espada y de España) y a un independentista (Salvador Cot, director de Nació Digital). ¿Te creerás que dijo algo parecido? Que no teníamos, los que él llamó “españolistas”, otra palabra absurda,  un “relato” a la altura del independentista. Como tu sabes, el “relato” independentista es una parida que va de lo sentimental y utópico a lo directamente insolidario y mezquino, sin ahorrarnos entremedias los argumentos más insensatos y descerebrados posibles. Y el hombre nos reprochaba lo mismo que tú, que no tuviéramos una construcción de la misma magnitud entusiasmante que oponer. Tus mismos argumentos. Que con alusiones a la Ley, el sentido común, la historia, la solidaridad entre ciudadanos…no íbamos a ninguna parte. Que así la gente no trempaba, vamos.

Los argumentos de verdad no molan. Y no dejaba de tener razón. A mi me gusta citar a Eric Hoffer, el autor de “The true believer”. Ya decía él que nada mueve más a las masas que un objetivo vago e inconcreto. Y eso sí que lo dominan los independentistas. Son maestros. Vivimos en una sociedad profundamente infantilizada. El otro día oía quejarse a sus padres a una niña de 4 años porque “no se divertía”. Hasta ahora podrías haber pensado que con amor, necesidades cubiertas de sobras y bastantes juguetes disponibles ya cumplías. Pero no. Ahora hay que “divertirla”, que sola no puede. Y no se refería a que dibujasen con ella y cosas educativas así. Un poco más mayores, y te dirán que necesitan utopías divertidas que les permitan tocar las narices “a los malos” a coste cero.
Mira, Cristian, distráelos tú. Si crees que hay que vender ilusiones y “relatos”, escríbelos tú, que tienes tanta imaginación. Aquí los “unionistas” somos escépticos. Y es que vas a tener problemas. Porque el reverso del relato independentisa, o es el Cid y Castilla (eso que nos atribuyes como si fuéramos guerrilleros de Cristo Rey), o cosas que los niños que necesitan que les diviertan no van a saber apreciar. Es inútil. Se han de hacer mayores.

Lo  de la “ externalidad de red” tiene su ingenio, no digo que no. Pero, vamos, ya sabes, seguro que sabes que un país es más que esto. Si fuera sólo esto no andaría Pedro Morenés lanzando indirectas (“a alguien aquí le va a pasar algo si no…¡Y no me gusta señalaaaaaar!”), y, Nuria, el hada madrina del Parlament, dando saltitos escocidos y que brutos son los chicos. Tampoco me diría un amigo vasco, como pidiendo perdón, dolido y mortificado, que ya no ha comprado cava estas Navidades. En fin, lo de la “trama de afectos” que tanto le gusta a Él (y a mí).

Recomiendas  un libro. “Por qué fracasan los países”, de Daron Acemoglu y James A. Robinson. Buena sugerencia. Para mi tiene un tufo excesivo a aquello de “post hoc, ergo propter hoc, pero es muy instructivo. Eso sí, mucho mejor “The Origins of political power, de Fukuyama.
 Acemouglu et al.  analizan los motivos de la decadencia española, entre otros países . Vaya concatenación de malos pasos vistos desde aquí. Pero, ¿y qué? ¿Qué tiene que añadir de positivo a la discusión? ¿Qué nos ilumina sobre el conflicto del que hablamos? ¿Acaso Acemouglu hace alguna distinción entre Cataluña y España? Cataluña, una parte de la Corona de Aragón. Fin. “España es el segundo país del mundo en el que más se roba”, dices. Habrá que revisar eso. Pero imagino que no excluirás del conjunto a esa “periferia burguesa marítima de cultura comercial”. Estoy segura que Acemouglu vería en las 400 familias catalanas que descubrieron hace 30 años que la administración da más pasta que seguir dándole al textil, a esas castas extractivas que tanto denuncia. Aquí, también, quien no corre, vuela. Y me gustaría que aportaras también un listado de empresas catalanas de los últimos años. A ver, esa innovación. Ah, y a ver cuáles quedan. Porque muchas de estas empresas burguesas se han largado con el colonizador ladrón. Será que piensan que aquí aún están peor.
¿Maneras de entender la modernidad? Por Dios. Léete los comentarios a las noticias políticas en los digitales independentistas. Otegi es transhumanista en comparación.

En fin , amigo, que esto cada vez se parece más a Waco pero a lo grande. ¿La Catalunya del seny? Si aquí estamos todos locos, hombre.   

Hay que apoyarle

miércoles, 2 de enero de 2013





Imram es un hombre valiente. De la misma manera que lo fueron muchos en nuestra tradición librepensadora. Osados sin los que no podríamos hoy en día desarrollar nuestras ideas tanto en la ciencia como en el pensamiento sin temer por nuestra vida.

Hasta ahora ha sido un fenómeno minoritario en España. Nuestra inmigración se ha compuesto mayormente de recién llegados con baja cualificación formativa y con necesidades más perentorias que las filosóficas. Pero, en otros países, hace tiempo que personas de cultura musulmana pero que reniegan del Islam tratan de organizarse para exigir para los suyos los mismos derechos y libertades de los que gozamos nosotros.

A Imram Fisarat se le concedió en época de Zapatero un estatuto de refugiado político. Pero ha andado jugando con fuego como es su obligación. En plena época en la que el mejor medio para difundir un mensaje es el audiovisual,  también plena lógica, Imram ha elaborado un documental. Un documental en el que no habla favorablemente ni de Mahoma ni del Corán. El gobierno de Rajoy quiere sacarse de encima ese molesto elemento y echarle del país.

No debemos consentirlo. Estemos de acuerdo con sus opiniones o no, estemos de acuerdo o no con sus formas... Por favor, lo último que podemos decir es que "no es oportuno", cosa que ya se debe haber dicho. ¿Cuándo es oportuno desafiar a la bestia el dogma? Nunca lo es y nunca lo será.

Esta es su vida:


«Más que una religión, el Islam es un castigo», sentencia Imran con fimeza. «Pero no toda la gente en Pakistán es mala, ni todos los musulmanes lo son. Mi padre, al que mataron por mi culpa, era un hombre bueno. Pero Pakistán lleva un retraso de doscientos años respecto al resto del mundo, es una sociedad islámica estricta donde nadie puede hacer nada libremente. Antes de comenzar algo, debemos pensar cuidadosamente en la reacción de la gente. Y mantener relaciones prematrimoniales supone un delito castigado con el apedreamiento hasta la muerte», explica. Imran pidió a Jenny que se convirtiera al islam para poder casarse con ella, tal y como dicta la ley islámica. Pero Jenny ha visto morir a sus padres y a su primer marido a manos de los musulmanes indonesios. Convertirse al islam era superior a sus fuerzas, así que comenzaron a vivir juntos en casa de Imran, en espera de una solución. Pero los vecinos no lo permitieron.

A Imran fueron a buscarlo a casa y lo llevaron a la comisaría, donde le pegaron y le cortaron el pulgar de la mano izquierda en señal de castigo. A Jenny la encerraron en una habitación y la violaron varios policías. «Me dijeron que si yo podía dormir con ella sin estar casados, por qué no iban ellos a poder acostarse con ella», recuerda. Mataron a su padre en represalia y a ellos les quemaron la casa. Se salvaron saltando, con su hijo pequeño en brazos, por la ventana trasera. «Reniego del islam -afirma-, reniego de una religión que coarta mi libertad y mis derechos, que no entiende lo que es el amor, y además es hipócrita. ¿Por qué Mahoma se pudo casar once veces, y una de ellas con una niña, y a mi no me permiten hacerlo una con mi amor verdadero, solo porque la mujer a la que adoro es budista?», se pregunta.

Amenazas. «Si vuelvo, me condenarán por blasfemo. Me dicen que insulto al Profeta porque digo que se le permitieron cosas que el Islam no permite. Eso no es insultar, eso es decir la verdad. Pero los islamistas no tienen capacidad para soportar la verdad», asegura. «Estoy recibiendo amenazas de muerte por las críticas al islam que hago en los medios de comunicación. Son llamadas telefónicas imposibles de localizar, porque las hacen desde cabinas. La última fue el pasado 3 de marzo», recuerda [la entrevista es del 2010]. «No tengo miedo por mí, sino por mi familia», afirma Imran. «Si tengo que volver a Paquistán, sé que estoy en la lista negra. Me detendrán en el aeropuerto e iré a la cárcel. Jenny tendría que ir a Indonesia; mi hijo ingresará en un centro para menores en España. Al menos para la niña hemos conseguido la nacionalidad española…».



Imram representa este personaje del que la historia tiene, afortunadamente, ejemplos abundantes y que han sido decisivos para el avance y el progreso de todos. No le abandonemos. Y más cuando en este país sólo es políticamente correcto atacar al cristianismo y sobre todo al catolicismo.

Como cuando nos indignamos ante la condena a Javier Krahe, ahora nos toca hacerlo con la expulsión (posible) de Imram.  Imram es uno de los nuestros.